A UNOS PIES CANSADOS
Sólo el camino comprende mi cansancio.
Sólo el polvo del camino, que me abraza.
Y los recodos, meandros del camino.
Y algunas piedras que soportaron mis plantas.
Las hojas de los árboles cayeron
suavizando, como alfombra, mis pisadas.
Pero el viento, caprichoso y libertino,
con envidia, de mí las alejaba.
Tantos soles y lunas recorridos.
Tantas cimas subidas y bajadas.
Tantas noches a oscuras, sin estrellas.
Cuántos días contemplando la alborada.
Mis pies, cansados, hoy se quejan en silencio
después de soportar tantas batallas.
Tantos fracasos, amores y alegrías...
Tantas caricias, besos y puñaladas.
Ha llegado la hora del descanso.
Ya no soportaréis más esta carga.
El tiempo ya ha tejido con sus versos
el final de esta inmensa red de araña.
* * *
Fernando Cravioto
30/06/2017
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